PERROSDando vuelta a una erecciónva tu espejo mutilado,va tu aroma desgraciadoy cuatro perros ebrios.Tú goteas, te haces muchasen la espuma arreboladaque les cae de los hocicos,de los pistones—: y de los hocicos otra vez.Y en los hocicos guardan los senosque te arrancaronque te jugaste en una apuestatodos los sábados—: y de tres a nueve.Pareces otra cuando te vistes,te electrificas y te contienestras muchas hojas y ese membrete—: de diez a cincoy ese perfume que está bendito.Pareces otra en mis retratos,tan sola en mis brazos,tan rectangular y tan, pero tan, seca—: pareces otra.—Como si nunca te hubiese asaltado mi boca—: sí, pero que seca.Como si nunca tus ríos en la sábana;mi cadera y tu cadera—: como si nunca, nunca, nunca,como si nunca se hubiesen tocado.Y dando vueltas en la camatus blasones descarnados,tus cabellos incendiados—: sí, para que sanes todos tus malesva y mi cuerpo de tus perros—: sí, él tiene una escopetay olvidemos nuestras penas—: sí, él tiene una escopeta.© Daniel J. Mendoza
lunes, 19 de octubre de 2009
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